Somos dueñas de nuestro bienestar

Suena a una frase hecha pero no lo es. Realmente nos damos cuenta cuán protagonistas somos cuando lo hacemos valer.

Como esta marca es de una mujer real para mujeres reales, me gusta compartirles todos mis procesos. Y cuando estoy así también. El miércoles en el grupo de mentoreo hablábamos de eso, de lo importante de parar, de no estar siempre en actividad.

Reconozco que soy una mujer a la que le cuesta parar. Si veo una peli tejo también. Y siempre estoy pensando en algo nuevo: una idea para mi, para mis revendedoras, para mis pacientes, para las clientas y para las marcas que potencio también.

Aparte soy madre de dos y también estoy pensando cosas para ellos que aman crear y cómo potenciarlos. Y soy esposa de un emprendedor así que siempre estamos compartiendo nuevas ideas y tramando nuevos proyectos.

Todo esto que les cuento suele ser cansador si no me tomara en el día mi momento pausa. No todas estas actividades las hago a diario pero sí están en mi cabeza las nuevas ideas.

Ayer a la tarde luego de una reunión con una nueva marca, volví a casa y realmente sentía que estaba muy agitada. Empecé a ver de dónde venía esta sensación, mientras ayudaba a mi esposo a preparar la cena y bañar y cambiar nuestros hijos pensaba, qué me pasa? Leí del Uranazo que contaban las chicas de @astrorealizacion y @lunalogia pero algunos síntomas no me coincidían. No estaba deprimida ni angustiada, solo no podía parar.

Ya más tarde, sola, intenté hacer una meditación y no podía, me di un baño relajante y me di cuenta que llevaba tres días sin mis momentos pausa (salir a correr, tomarme un baño relax de media hora o una meditación).

Me dormí y esta mañana empezó el día bien arriba y claro a media mañana volvió mi Diosa Interior con esa sensación para recordarme que no me estaba dando mi momento pausa y que era tan prioritario como las demás tareas que tenía que atender (mis pacientes saben que soy muy rompe con el «agendate el momento pausa en el celu porque si no, no lo hacemos» ya ven…).

Así que me dije «Ok soy dueña de mi bienestar» y me fui a mi patio y me regalé un momento maravilloso. Otro día les comparto esa meditación que me fluyó (me dictaron ;)) y fue maravilloso parar, respirar de verdad, solo yo y mis Guías respirando y volviendo a mí.

Algunas personas lo verán como debilidad contarles esto, pero si cada vez más mujeres me están eligiendo en sus distintos procesos es porque soy altamente sensible y empática. Y mostrar esa sensibilidad es parte de mi ser real.

Los malestares están para mostrarnos que nos salimos del camino. Una señal que necesita ser escuchada y tomar acción.

Somos dueñas de nuestro bienestar.
Un beso! Noe

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.